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Luces y sombras con Euge BG

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Profe tumbero

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Esta experiencia lleva varios meses y ocurrió durante mi época de ostracismo forzoso. Ella es una Escorts que publicó en varias páginas, que habitualmente suele cambiar su aspecto y es muy conocida con varias experiencias en los distintos foros. Si bien actualmente no publica (ya explicaré por qué creo que no lo hace), creo que la experiencia puede resultarle útil a todos (incluso a ella misma).

La experiencia fue una reincidencia; la había tratado el año pasado cuando trabajaba en un edificio ubicado por Corrientes y Libertad. Para ese entonces compartía el departamento con una mujer joven de la cual me hice medio habitué, intercalando mis visitas cuando mi escort de cabecera no me atendía (leáse Floppy de Mimosas VIP). Esta chica me comentó que compartía el departamento con Euge BG / Fabiana de Tacos Altos y le consulté respecto a la posibilidad de hacer un combinado. Ella no puso objeción, señalándome que podía hacerse con su compañera Euge BG. Fue entonces que me aboqué a la tarea de “hacer inteligencia”. Entiéndase como ver las fotos de Euge e ir a visitarla. Fui, sin decirle absolutamente nada, ni que era cliente de su compañera y mucho menos cuáles eran mis intenciones. La pasé muy bien, aunque al principio la noté fría, distante, como temerosa. Incluso me preguntó si pertenecía a alguna fuerza de seguridad (otra más en la lista). Luego que entró en confianza fue una muy buena experiencia, que debería haber subido en su momento. Ahora, cuando le planteé respecto a hacer un combinado ella me sugirió el nombre de otra chica, que no era “mi chica” o sea su compañera de departamento. Cuando le pregunté, haciéndome el tonto si la chica con la cual proponía era su compañera –a sabiendas que no lo era- me señaló que no. Entonces le pregunté si no prefería hacerlo con su compañera, a lo cual me respondió de manera lacónica y tajante: “con ella no”. Bien, telón final al combinado; no llegó siquiera a la marquesina.

Traté de reincidir con ella al final del año y no pudimos combinar horarios, pero digamos que quedó entre nosotros una buena relación.

Este año, decidí ir a visitarla nuevamente. Se mudó, ahora está por la calle Tucumán casi Florida, en un edificio lindo. Al llamarla no le dije nada acerca de quién era; pensé que me tendría agendado. No, no me tenía. Como le comenté que me encontraba en las inmediaciones a su domicilio, ella me preguntó si no quería pasar ya que se encontraba libre. Y ahí fue el profe, como bombero a apagar un incendio, veloz como escupida de saxofonista.

Al cruzar la puerta, me reconoció de manera inmediata. Recordaba bastantes detalles de nuestra primera y única vez, lo cual, debo confesarlo, me agrandó el ego. Días atrás me había sacado carpiendo una señorita de un privado y ahora Euge recordaba muchas cosas respecto a nuestro encuentro; revanchas que nos da la vida carajo.

Me esperaba con un ¿culote? y un brazier que si bien no hacían juego, le quedaba bastante bien. Tenía su pelo con dos colores como es la moda. Las puntas rubias y a la mitad de la longitud de su cabellera, cambiaba a su probable color natural, un castaño hermoso. Cosa de mujeres, se tiñen el pelo y por ahí su color natural es exquisito, pero por ese afán de estar a la moda o de cambiar no se valoran apropiadamente.

El departamento es un mono ambiente, con kichenette. Baño adelante, cama matrimonial, con una mesa con un televisor de los nuevos encendido, calculo que para permitir el relojeo con carpa. Creo recordar que a la derecha hay un pequeño bar, de esos mostradores. Digamos que todo bien.

Y acá viene la metida de pata de ambos.

Ella me manifiesta que estaba con el período y, que sólo podía por atrás y/o con sexo oral. Esto, debió o bien habérmelo dicho antes al teléfono o directamente no trabajar durante esos días. Una cosa es en los privados en donde las pibas las obligan a usar la esponjita, pero en el caso de una independiente, que puede decidir respecto a sus días laborales, a la extensión de su jornada e incluso al servicio a prestar, esto me resulta inadmisible.

Hábil, muy hábil, conocedora de los hombres, me tomó del brazo y me apoyó mi mano sobre su nalga. Incluso giró para que apreciara su cola.

Acá viene mi metida de pata. Aceptar. Soy gatero viejo y conocedor de mi cuerpo. Sé que no acabo rápido y que en esas condiciones en las que estaba ella no eran las óptimas para brindar un buen servicio. Debería haberle dado un beso y decirle sencillamente: “sos hermosa, no lo tomés a mal, pero mejor lo dejamos para otro día” y haberme mandado a mudar mascando bronca. Pero, actué como un boludo importante, tal como me dice mi querida amiga Tania BG, y acepté las reglas del juego. Y ahí está mi error. Jugar perdiendo de movida.

Venía del trabajo, mal presentado y le pedí de pasar al baño a ducharme. Ella me acercó una toalla y mientras me bañaba nos pusimos al día con ciertos chismes. Respecto a su vieja compañera traté de hacer averiguaciones pero no obtuve información significativa, solo que dejó de trabajar (si lee esto le mando un beso enorme, una mujer de una gran dulzura, a la cual recuerdo con mucho cariño).

Comenzamos a los besos como si no existiese un mañana. Ella besa muy bien, cosa que no había demostrado en la vez anterior, quizá debido a mi “aspecto atemorizante”. Esta vez no, eran besos apasionados y yo no planteé ninguna objeción al respecto.

Siguió con un sexo oral, al cual también como novedad me lo escupía a cada rato. Una puntería digna de remarcar porque la señora siempre acertaba en el glande desde una buena altura. Y cuando se cansaba –o se le agotaba la saliva- seguía con la faena de masajearme el miembro con la boca.

Procuré de tocar sus genitales, dado que quería que ella comenzara a levantar temperatura y se vino el stop.

“No para que ya te dije que no puedo, estoy en estos días”.

Acepté la frenada, porque no quedaba otra y al rato ella sola se pone de costado y me dijo sin tapujos ni eufemismos:

“Haceme el culo”. :ojotes:

Aprovechando su posición corporal, de la mesa de luz sacó los condones, abrió el sobre, se lo calzó sobre la boca y me lo colocó en el miembro.

Ahí se inició una breve disputa. Yo quería que se suba encima de mí. Ella no accedía por temor a ser lastimada, le remarcaba que la profundidad de la penetración sería regulada por ella y que yo adoptaría una actitud pasiva. Todo muy lindo, pero ella no aflojaba ni un ápice, no cedía en lo absoluto. No quedó otra posibilidad que acceder a la posición que ella quería, que era en cucharita. Se colocó de costado y entre los dos insertamos el miembro para comenzar nuestro coito contra natura.

Estuve hamacando un buen rato, y comencé a notar que estaba inquieta. Entonces me preguntó:

“¿No vas a acabar?”.

Mi respuesta fue bien tajante y no le dejó ningún margen de dudas.

“¿No te acordás que yo soy muy duro?. Todavía falta y mucho”.

Ella salió de la penetración y propuso seguir con el sexo oral, para lo cual tras recibir mi aprobación, quitó el preservativo. Empezó muy bien y a medida que pasaba el tiempo, la calidad del mismo iba en franco deterioro. Le propuse de penetrarla vía vaginal, a lo que me respondió:

“No, estás loco, te voy a ensuciar todo”.

Acá hay que confesar mi segunda boludez, producto quizá de que el lactómetro estaba a mil, le planteé lo siguiente:

“Dale, después me baño”.

La respuesta de ella fue de una absoluta sensatez.

“Es mi segundo día (creo que era el segundo) y estoy con mucha pérdida; te voy a manchar a vos, a mi, a las sábanas y al colchón”.

“Bueno seguí con lo que estás haciendo”. Respondí.

 

Al rato me dijo:

“Mirá que no voy a estar toda una hora chupando”. A buen entendedor, pocas palabras. Su paciencia se estaba colmando, pero lo que hacía calentándome, lo enfriaba con sus comentarios. Escribía con la mano y borraba con el codo.

Juro por todos mis muertos que con el siguiente comentario busqué reflotar la situación, que nadie piense mal. El comentario lo realicé tras la segunda queja de ella por mi demora en acabar, con la finalidad de aflojar cierta tensión.

“¿Viste?. Con lo que me tardo en acabar estoy como para actor porno”.

La respuesta de ella fue lapidaría.

“¿Quién. ¿Vos?”.

Medité unos segundos, era para sacarla volando, pero no era lo que convenía. Me hice el tonto, miré alrededor como buscando algo y repliqué:

“¿Hay otro hombre además mío acá?”

Luego agregué, “claro debería tener un miembro más grande e ir al gimnasio”.

Ella respondió con un gesto que no alcancé a entender y que preferí evitar de entender. Traté de remarla:

“Si fueras multiorgásmica me pondrías en el cajón de la mesita de luz, ahora si sos de uno, me querés matar”.

Y de vuelta el cañonazo:

“En este trabajo ni loca voy a acabar más de una vez. La otra vez me hiciste acabar, pero no puedo estar haciéndolo con todos y menos más de una vez”.

Listo, entendí el mensaje e hice mutis por el foro. El objetivo era claro: acaba y mandate a mudar ya.

Siguió un rato más y me dijo:

“No doy más, estoy incómoda, no puedo seguir, discúlpame”. Y se sentó de un golpe. “Disculpame, soy yo, no sos vos, entendeme, estoy en estos días”.

Uno podía entrar en una discusión, que a todas luces, iba a ser estéril. Carecía de importancia demostrar argumentos; estaba caliente, debía acabar y retirarme. Liso y simple.

Me quité el forro y comencé a pajearme y le pedí que se acueste al lado mío. Cerré los ojos y meta y ponga. Solo llegué a pensar que no iba a estar una hora porque pagar un servicio de una hora para estar 20 minutos con mi novia Manuela, no daba. Abrí los ojos y observé como ella se entretenía mirando la tele, lo cual abonó mi idea de acabar rápido para pagar media hora.

Juró que pensé en dos señoritas de las cuales subí las experiencias, me concentré, me mordí los labios y de manera frenética llegué a destino. Y al llegar, desbordé de esperma manchando todo. No lo hice consciente, y pensé que se venía el quilombo con ella. No, me ayudó a limpiarme. Hablamos un rato, me pidió disculpas, me dijo que se pensaba operar los pechos para ponerse implantes y me pidió que vuelva, que la próxima vez sería distinto, como la primera vez. Por ese motivo en la actualidad no debe estar publicando.

Me fui molesto, de manera descortés, casi sin saludar. Si bien no fue una buena experiencia, no correspondía irme de esa forma.

 

Tabla:

Es complicado, e injusto porque en mi primera vez las calificaciones serían altas, más no ahora. Por ese motivo hago esta serie de consideraciones para que te sirva y le sirva a ella. No quiero quedar como despiadado ni como que “regalo nota”.

Ella es una mujer de contextura ósea grande, no es gorda, ni rellenita. La primera vez tenía panza, la segunda vez estaba perfecta. Posee una cola abundante, que es su fuerte. Algunos critican su cara, para mi es normal, quizá sus pechos son un tanto desarmónicos por ser pequeños con su cuerpo. Denota que fue madre y amamantó. En cuanto a su servicio es su entrega cuando se calienta. Con ella, se puede lograr una atmósfera tipo hardcore.

Si me preguntás sobre la reincidencia, podría decir que si en función de haber tenido una primera experiencia muy buena con ella. Le daría esa oportunidad, ahora diferente pensaría si esta hubiese sido mi primera vez con ella.

Honorarios: 500 $ la media (es lo que ella me solicitó). La hora 700 $.

Cualquier duda, ya saben, a la orden.

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  • 2 semanas más tarde...
  • Miembro

Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Gran relato, algo tardío por su "ostracismo forzoso". Debe haber sido buena la primera xp para pensar en reincidir luego del 2do encuentro fallido. Se nota que el enojo quedo atrás pues varias notas de humor así lo demuestran redondeando un ameno relato.

Un saludo

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  • Miembro

Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Gran relato, algo tardío por su "ostracismo forzoso". Debe haber sido buena la primera xp para pensar en reincidir luego del 2do encuentro fallido. Se nota que el enojo quedo atrás pues varias notas de humor así lo demuestran redondeando un ameno relato.

Un saludo

Si mi estimado. Es así como lo interpretó. Reincidiría, debido a lo acontecido en la primera vez.

Saludos

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  • Miembro

Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Esta experiencia lleva varios meses y ocurrió durante mi época de ostracismo forzoso. Ella es una escort que publicó en varias páginas, que habitualmente suele cambiar su aspecto y es muy conocida con varias experiencias en los distintos foros. Si bien actualmente no publica (ya explicaré por qué creo que no lo hace), creo que la experiencia puede resultarle útil a todos (incluso a ella misma).

La experiencia fue una reincidencia; la había tratado el año pasado cuando trabajaba en un edificio ubicado por Corrientes y Libertad. Para ese entonces compartía el departamento con una mujer joven de la cual me hice medio habitué, intercalando mis visitas cuando mi escort de cabecera no me atendía (leáse Floppy de Mimosas VIP). Esta chica me comentó que compartía el departamento con Euge BG / Fabiana de Tacos Altos y le consulté respecto a la posibilidad de hacer un combinado. Ella no puso objeción, señalándome que podía hacerse con su compañera Euge BG. Fue entonces que me aboqué a la tarea de “hacer inteligencia”. Entiéndase como ver las fotos de Euge e ir a visitarla. Fui, sin decirle absolutamente nada, ni que era cliente de su compañera y mucho menos cuáles eran mis intenciones. La pasé muy bien, aunque al principio la noté fría, distante, como temerosa. Incluso me preguntó si pertenecía a alguna fuerza de seguridad (otra más en la lista). Luego que entró en confianza fue una muy buena experiencia, que debería haber subido en su momento. Ahora, cuando le planteé respecto a hacer un combinado ella me sugirió el nombre de otra chica, que no era “mi chica” o sea su compañera de departamento. Cuando le pregunté, haciéndome el tonto si la chica con la cual proponía era su compañera –a sabiendas que no lo era- me señaló que no. Entonces le pregunté si no prefería hacerlo con su compañera, a lo cual me respondió de manera lacónica y tajante: “con ella no”. Bien, telón final al combinado; no llegó siquiera a la marquesina.

Traté de reincidir con ella al final del año y no pudimos combinar horarios, pero digamos que quedó entre nosotros una buena relación.

Este año, decidí ir a visitarla nuevamente. Se mudó, ahora está por la calle Tucumán casi Florida, en un edificio lindo. Al llamarla no le dije nada acerca de quién era; pensé que me tendría agendado. No, no me tenía. Como le comenté que me encontraba en las inmediaciones a su domicilio, ella me preguntó si no quería pasar ya que se encontraba libre. Y ahí fue el profe, como bombero a apagar un incendio, veloz como escupida de saxofonista.

Al cruzar la puerta, me reconoció de manera inmediata. Recordaba bastantes detalles de nuestra primera y única vez, lo cual, debo confesarlo, me agrandó el ego. Días atrás me había sacado carpiendo una señorita de un privado y ahora Euge recordaba muchas cosas respecto a nuestro encuentro; revanchas que nos da la vida carajo.

Me esperaba con un ¿culote? y un brazier que si bien no hacían juego, le quedaba bastante bien. Tenía su pelo con dos colores como es la moda. Las puntas rubias y a la mitad de la longitud de su cabellera, cambiaba a su probable color natural, un castaño hermoso. Cosa de mujeres, se tiñen el pelo y por ahí su color natural es exquisito, pero por ese afán de estar a la moda o de cambiar no se valoran apropiadamente.

El departamento es un mono ambiente, con kichenette. Baño adelante, cama matrimonial, con una mesa con un televisor de los nuevos encendido, calculo que para permitir el relojeo con carpa. Creo recordar que a la derecha hay un pequeño bar, de esos mostradores. Digamos que todo bien.

Y acá viene la metida de pata de ambos.

Ella me manifiesta que estaba con el período y, que sólo podía por atrás y/o con sexo oral. Esto, debió o bien habérmelo dicho antes al teléfono o directamente no trabajar durante esos días. Una cosa es en los privados en donde las pibas las obligan a usar la esponjita, pero en el caso de una independiente, que puede decidir respecto a sus días laborales, a la extensión de su jornada e incluso al servicio a prestar, esto me resulta inadmisible.

Hábil, muy hábil, conocedora de los hombres, me tomó del brazo y me apoyó mi mano sobre su nalga. Incluso giró para que apreciara su cola.

Acá viene mi metida de pata. Aceptar. Soy gatero viejo y conocedor de mi cuerpo. Sé que no acabo rápido y que en esas condiciones en las que estaba ella no eran las óptimas para brindar un buen servicio. Debería haberle dado un beso y decirle sencillamente: “sos hermosa, no lo tomés a mal, pero mejor lo dejamos para otro día” y haberme mandado a mudar mascando bronca. Pero, actué como un boludo importante, tal como me dice mi querida amiga Tania BG, y acepté las reglas del juego. Y ahí está mi error. Jugar perdiendo de movida.

Venía del trabajo, mal presentado y le pedí de pasar al baño a ducharme. Ella me acercó una toalla y mientras me bañaba nos pusimos al día con ciertos chismes. Respecto a su vieja compañera traté de hacer averiguaciones pero no obtuve información significativa, solo que dejó de trabajar (si lee esto le mando un beso enorme, una mujer de una gran dulzura, a la cual recuerdo con mucho cariño).

Comenzamos a los besos como si no existiese un mañana. Ella besa muy bien, cosa que no había demostrado en la vez anterior, quizá debido a mi “aspecto atemorizante”. Esta vez no, eran besos apasionados y yo no planteé ninguna objeción al respecto.

Siguió con un sexo oral, al cual también como novedad me lo escupía a cada rato. Una puntería digna de remarcar porque la señora siempre acertaba en el glande desde una buena altura. Y cuando se cansaba –o se le agotaba la saliva- seguía con la faena de masajearme el miembro con la boca.

Procuré de tocar sus genitales, dado que quería que ella comenzara a levantar temperatura y se vino el stop.

“No para que ya te dije que no puedo, estoy en estos días”.

Acepté la frenada, porque no quedaba otra y al rato ella sola se pone de costado y me dijo sin tapujos ni eufemismos:

“Haceme el culo”. :ojotes:

Aprovechando su posición corporal, de la mesa de luz sacó los condones, abrió el sobre, se lo calzó sobre la boca y me lo colocó en el miembro.

Ahí se inició una breve disputa. Yo quería que se suba encima de mí. Ella no accedía por temor a ser lastimada, le remarcaba que la profundidad de la penetración sería regulada por ella y que yo adoptaría una actitud pasiva. Todo muy lindo, pero ella no aflojaba ni un ápice, no cedía en lo absoluto. No quedó otra posibilidad que acceder a la posición que ella quería, que era en cucharita. Se colocó de costado y entre los dos insertamos el miembro para comenzar nuestro coito contra natura.

Estuve hamacando un buen rato, y comencé a notar que estaba inquieta. Entonces me preguntó:

“¿No vas a acabar?”.

Mi respuesta fue bien tajante y no le dejó ningún margen de dudas.

“¿No te acordás que yo soy muy duro?. Todavía falta y mucho”.

Ella salió de la penetración y propuso seguir con el sexo oral, para lo cual tras recibir mi aprobación, quitó el preservativo. Empezó muy bien y a medida que pasaba el tiempo, la calidad del mismo iba en franco deterioro. Le propuse de penetrarla vía vaginal, a lo que me respondió:

“No, estás loco, te voy a ensuciar todo”.

Acá hay que confesar mi segunda boludez, producto quizá de que el lactómetro estaba a mil, le planteé lo siguiente:

“Dale, después me baño”.

La respuesta de ella fue de una absoluta sensatez.

“Es mi segundo día (creo que era el segundo) y estoy con mucha pérdida; te voy a manchar a vos, a mi, a las sábanas y al colchón”.

“Bueno seguí con lo que estás haciendo”. Respondí.

 

Al rato me dijo:

“Mirá que no voy a estar toda una hora chupando”. A buen entendedor, pocas palabras. Su paciencia se estaba colmando, pero lo que hacía calentándome, lo enfriaba con sus comentarios. Escribía con la mano y borraba con el codo.

Juro por todos mis muertos que con el siguiente comentario busqué reflotar la situación, que nadie piense mal. El comentario lo realicé tras la segunda queja de ella por mi demora en acabar, con la finalidad de aflojar cierta tensión.

“¿Viste?. Con lo que me tardo en acabar estoy como para actor porno”.

La respuesta de ella fue lapidaría.

“¿Quién. ¿Vos?”.

Medité unos segundos, era para sacarla volando, pero no era lo que convenía. Me hice el tonto, miré alrededor como buscando algo y repliqué:

“¿Hay otro hombre además mío acá?”

Luego agregué, “claro debería tener un miembro más grande e ir al gimnasio”.

Ella respondió con un gesto que no alcancé a entender y que preferí evitar de entender. Traté de remarla:

“Si fueras multiorgásmica me pondrías en el cajón de la mesita de luz, ahora si sos de uno, me querés matar”.

Y de vuelta el cañonazo:

“En este trabajo ni loca voy a acabar más de una vez. La otra vez me hiciste acabar, pero no puedo estar haciéndolo con todos y menos más de una vez”.

Listo, entendí el mensaje e hice mutis por el foro. El objetivo era claro: acaba y mandate a mudar ya.

Siguió un rato más y me dijo:

“No doy más, estoy incómoda, no puedo seguir, discúlpame”. Y se sentó de un golpe. “Disculpame, soy yo, no sos vos, entendeme, estoy en estos días”.

Uno podía entrar en una discusión, que a todas luces, iba a ser estéril. Carecía de importancia demostrar argumentos; estaba caliente, debía acabar y retirarme. Liso y simple.

Me quité el forro y comencé a pajearme y le pedí que se acueste al lado mío. Cerré los ojos y meta y ponga. Solo llegué a pensar que no iba a estar una hora porque pagar un servicio de una hora para estar 20 minutos con mi novia Manuela, no daba. Abrí los ojos y observé como ella se entretenía mirando la tele, lo cual abonó mi idea de acabar rápido para pagar media hora.

Juró que pensé en dos señoritas de las cuales subí las experiencias, me concentré, me mordí los labios y de manera frenética llegué a destino. Y al llegar, desbordé de esperma manchando todo. No lo hice consciente, y pensé que se venía el quilombo con ella. No, me ayudó a limpiarme. Hablamos un rato, me pidió disculpas, me dijo que se pensaba operar los pechos para ponerse implantes y me pidió que vuelva, que la próxima vez sería distinto, como la primera vez. Por ese motivo en la actualidad no debe estar publicando.

Me fui molesto, de manera descortés, casi sin saludar. Si bien no fue una buena experiencia, no correspondía irme de esa forma.

 

Tabla:

Es complicado, e injusto porque en mi primera vez las calificaciones serían altas, más no ahora. Por ese motivo hago esta serie de consideraciones para que te sirva y le sirva a ella. No quiero quedar como despiadado ni como que “regalo nota”.

Ella es una mujer de contextura ósea grande, no es gorda, ni rellenita. La primera vez tenía panza, la segunda vez estaba perfecta. Posee una cola abundante, que es su fuerte. Algunos critican su cara, para mi es normal, quizá sus pechos son un tanto desarmónicos por ser pequeños con su cuerpo. Denota que fue madre y amamantó. En cuanto a su servicio es su entrega cuando se calienta. Con ella, se puede lograr una atmósfera tipo hardcore.

Si me preguntás sobre la reincidencia, podría decir que si en función de haber tenido una primera experiencia muy buena con ella. Le daría esa oportunidad, ahora diferente pensaría si esta hubiese sido mi primera vez con ella.

Honorarios: 500 $ la media (es lo que ella me solicitó). La hora 700 $.

Cualquier duda, ya saben, a la orden.

En el otro foro, hay quienes le hacen alabanzas porque cuando está con ¨andrés¨ la analizan a fondo. No sé, la verdad es que no la conozco, y cada comentário que leo, menos quiero conocerla!

Saludos y gracias por comentar, espero que prontamente tenga una xp super, para el equilibrio de universo!

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Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Hola:

Disculpame, pero no entiendo que querés decir con "la analizan a fondo". Ojo que te pregunto de manera respetuosa. Yo solo le doy maza a los que pretender tomarme por idiota o los que sufrieron eventos catastróficos durante la gastrulación (comentario irónico para algunos que andan barrileteando y mintiendo, que no es tu caso en lo absoluto).

Saludos

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Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Hola:

Disculpame, pero no entiendo que querés decir con "la analizan a fondo". Ojo que te pregunto de manera respetuosa. Yo solo le doy maza a los que pretender tomarme por idiota o los que sufrieron eventos catastróficos durante la gastrulación (comentario irónico para algunos que andan barrileteando y mintiendo, que no es tu caso en lo absoluto).

Saludos

Justamente hago referencia que la srta, cuando está con el período, se ofrece gustosa para sexo anal (por eso de ¨analizarla¨). Si entra al otro foro, encontrará varias xps sobre Euge BG, algunas buenas y otras malas.

Saludos

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  • Miembro

Re: Luces y sombras con Euge BG

 

Justamente hago referencia que la srta, cuando está con el período, se ofrece gustosa para sexo anal (por eso de ¨analizarla¨). Si entra al otro foro, encontrará varias xps sobre Euge BG, algunas buenas y otras malas.

Saludos

Bueno es lo que paso conmigo.La piba estaba con el período menstrual y pretendía sexo anal. Perdoneme mi lentitud, acabo de caer con el chiste de analizarla. Son los años, que le vachacher.

Abrazo

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