Buenas a todos, en especial a aquellos que se horrorizan por mis publicaciones:
La experiencia se realiza sobre la señorita Carolina Paz, que publica en las siguientes páginas:
http://selfiescorts.com/escort/escort/carolina-paz/
http://caropaz2.blogspot.com.ar/?zx=902d3d0918e62cb9
Hace varios años que esta señorita trabajaba como free lancer, haciéndose llamar como Caro Cuore, de la cual los memoriosos del foro (CatlsLeaks, por ejemplo) recordarán que hay abundantes experiencias sobre ella. Para ese entonces la conocí y estuvimos por flores, en un hotel por la calle Boyacá. Nunca publiqué la experiencia y tampoco reincidí. No tengo en claro cuáles fueron los motivos, aunque supongo que alguna otra señorita logró impactarme de manera contundente, aunque tampoco puedo dar mucha precisión al respecto. Lo que puedo afirmar es que la experiencia de ese entonces fue muy buena.
Fue así como repasando la memoria de un viejo celular, me topé con el número de Carolina. Ignoraba si continuaba trabajando y le mandé un mensaje tímido, a los fines de sondearla. Por suerte, para mí, sigue trabajando y me pasó su información actualizada.
Sigue haciendo encuentros. Estos se llevan a cabo en hoteles por Villa Urquiza y/o Belgrano. La hora 700 pesos y posee una promoción de una hora cuarenta por 1000 pesos. Servicio completo, sin aditamentos (no pretende cobrar más por servicio diferencial).
Arreglé para un domingo a la tarde, para encontrarnos en el Hotel San James, ubicado en la calle Superí.
Llegué demasiado antes y debí esperarla. Le consulté si podía adelantarse, a lo cual no me garantizó, pero me dijo que trataría de adelantarse algo.
Al llegar, pantalón de jean que marcaba su cola y piernas torneadas. Campera gruesa debido al frío, que tapaba el resto del cuerpo. Pelo recogido, pero limpio, como su atuendo. De sonrisa más que amplia, simpática, charlatana y procurando tratar de caer de manera agradable. Una señorita que entiende de qué se trata la vaina. No sólo es de las que conoce el shampoo, sino todo el resto y, no de las que se hacen las víctimas cuando se les marca el desconocimiento absoluto de los rituales básicos, mínimos y elementales para éste “laburo”. Beso amable afuera, abrazo afectuoso y rumbeamos al hotel.
No me reconoció, a punto tal que debí forzar dentro del hotel su recuerdo. Ya frente a conserjería arrancó un vendaval de besos, que continuó hasta que nos despedimos. Ella posee una tarjeta de descuento, que disminuye sensiblemente el costo del cuarto. Creo que el cuarto de cuatrocientos y pico, baja a doscientos y pico.
Al llegar, nos desvestimos y avance sobre ella. Cuando intenté penetrarla con los dedos, me pidió amablemente que me lave las manos para eso.
Mientras me abocaba a esa tarea, ella comenzó a masturbarse. La situación es que yo buscaba el jabón, rompí el envoltorio, me lavaba las manos y veía, mientras mantenía un diálogo con ella, como se tocaba. Todo esto con el condimento de sus frases que buscan elevar la temperatura. Me lavé todo lo rápido que pude y me tiré en casi palomita a la cama. Le di algunos besos, pasé a sus senos y en cuestión de segundos estaba con sus piernas como si fueran un chal. Estuve largo rato en esa posición. Luego ella devolvió gentilezas, pero mientras succionaba mi miembro, seguía masturbándose. Luego seguimos en un 69.
Había llevado un aro vibrador y ella intrigada en probarlo, con lo cual pasamos a una posición de ella arriba para penetrar. En esa posición ella declara haber acabado, yo largué el primero. Si señores, el primero, porque Carolina logró lo que muy pocas pueden, que es sacarme dos. Claro está, que opté por estar una hora cuarenta.
Luego seguimos en misionero, sin aflojar con los besos. En cucharita a pedido de ella. En tijerita, en cuatro y luego en varias posiciones por la cola. Y mientras estaba por atrás, ella arremetía con frases picantes y buscaba mi boca para besarme.
Volvimos por “natura” y ahí terminé. Terminé arruinado. Arruinado pero más que satisfecho y con el gusto de haber invertido en disfrutar y no de haber malgastado. Digo, porque de eso se trata esta vaina.
Luego nos quedamos abrazados, a los besos y caricias. Fue entonces que le conté que ya nos conocíamos. Ella ahí me reconoció. Supuestamente ella me recordaba sin barba, supongo que con más pelo y menos canas, cosa que, por fortuna no me indicó.
Luego se bañó, a pesar del frío reinante. Si, es de las Escorts que entienden que la higiene es un elemento importante. Y salimos del cuarto abrazados, como si fuéramos una pareja. Beso en la puerta, sonrisa plena de ella y promsea de volver a verla.
Saludos y cualquier duda o consulta, ya saben que estoy a la orden.
Para algunos "bigotes": Los buenos catadores, los que poseen buen paladar, a veces no precisan siquiera abrir el envase; por ejemplo, si le ofrecen un vino en tetrabrick