Llamo. Atiende. Me pasa $1.500. "Varato", pienso.
Le pregunto: "Sos la mina de las fotos, no? No quiero llegar y resulta que sos la abuela de la mujer de la foto, o una amiga de una prima lejana".
Me dice: "AYYY NOOOO! Soy tal cual!"
Le digo: "Bueno. Mirá que si no sos me voy"
La expectativa era la señorita de la foto. La que vino fue la mujer de Inodoro Pereyra. Monté a mi caballo y huí. Huí sin mirar atraz. No hubo experiencia. O major dicho la experiencia fue esa: no llamar nunca más a esta vieja cachivache, juira bicho