Mi posteo anterior fue sobre una pésima experiencia con Natalia (antes Chloe) y, como prometí, vengo a compartirles mi experiencia con Jan.
https://argentinaxp.com/jan/
Le escribí el lunes por WhatsApp y recibí una respuesta automática donde aclara que es "adicta a los besos reales, las caricias, las buenas charlas y las risas", y además cuenta que su servicio es convencional y el oral le encanta y es "sin" hasta el final. Todo (si TODO) es real.
En el mensaje comparte tanto su Instagram como su canal de Telegram. Gente, es sinceramente una locura.
A los 6 minutos por reloj me escribe ella preguntando mi edad (tengo 51), cosa que al verla me cuenta que es importante para ella, porque no atiende por ningún motivo a menores de 35. Me ofrece 3 opciones horarias para el día siguiente y me pide una seña de 30mil pesos que luego devuelve.
En resumen, desde que envié el mensaje, en 15 minutos por reloj tenía arreglado el encuentro para el día siguiente.
Como comenté en mi post anterior, mi personalidad y falta de experiencia hacen que me cueste mucho este tipo de encuentros y me genere muchísimos nervios. Esto lo compartí con ella y, tanto en los mensajes por WhatsApp como al llegar a su depratamento, se ocupó de darme tranquilidad y dejarme en claro que con ella toda la confianza y que ella va al ritmo de uno.
El día del encuentro me escribe media hora antes para confirmar que voy, a lo que le comento que ya estoy en la zona. Me dice que hay un estacionamiento en frente de su domicilio y que le de 5 minutos para estar lista y que vaya de una. El edificio es moderno y está cerca del Distrito Arcos, en Palermo, en una zona tranquila. Al llegar ella te comparte un QR que lo mostrás en un visor digital en la puerta, y pasás. Todo muy tranqui y sencillo.
Subo con todos mis nervios, y cuando abre la puerta, me encuentro con un bombón espectacular, con el lomo que se ve en las fotos en un conjuntito blanco con medias translúcidas que le llegaban por encima de las rodillas. Acusa 36 años pero tiene una piel y una tonicidad de una piba más jóven. Me saludó con una sonrisa y con muchísima calidez. Me preguntó como estaba y me invitó a sentarnos en el sillón. Hablamos al menos 15 minutos de forma super distendida y fue clarísimo que ella buscaba que me relaje. Entre charla y mimos, en un momento me empieza a comer la boca de una forma increíble. Para mi los besos son fundamentales, y les aseguro que los besos de Jan son una locura. Dulces, calientes, húmedos, con mucha lengua, con cambios de intensidad. Estuvimos chapando y toqueteandonos como 10 minutos más como si fuera una novia de la secundaria.
Se saca el corpiño y seguimos franeleando. Las tiene hechas pero están divinas, con un tamaño totalmente proporcionado a su cuerpo. Me lleva a la cama, nos desvestimos, me acuesta, y empieza con un pete sin de novela. Las ganas, energía y onda que le pone son espectaculares. Al rato pone pilotín, se monta, y empieza a moverse de forma increíble, gimiendo pero sin exagerar. Con risitas y miradas cómplices. Luego de darle un rato y de disfrutar esas tetas redondas, se pone en cuatro y seguimos un rato más. El culo firme, la espalda preciosa, una piel increíble. Tiene un tatuaje en la espalda y otro en el brazo muy delicados y que le quedan muy bien.
Claramente mi falta de experiencia en este mundo, mis nervios y mi cabeza no me permitieron acabar, aunque disfruté cada minuto. Me sacó el forro, me acostó, y se prendió del amigo de una forma que nunca hubiera imaginado. Lengua, profundo, húmedo, metiendo, sacando, jugando con las manos, pasando de los huevos para volver al amigo. Con una energía enloquecedora. Les juro que es lo mejor que conocí en mi vida. Debemos haber estado una hora en la cama, y luego otros 10 o 15 minutos tirados, charlando de forma distendida como si nos conociéramos de antes. Me vestí, le di su regalito (que nunca me lo había pedido y le dije que ni se le ocurra devolverme la seña), se puso una remerita, me dio un abrazo, nos despedimos, y me fui. En total, desde que llegué hasta que salí de su edificio, estuve casi una hora y cuarenta minutos.
Que es un minón, es obvio. Las fotos hablan por sí solas. Pero encontrarme además con una mina con tanta buena onda, cálida, que se preocupa por que estés cómodo en todo momento, que sabe lo que hace, que todo lo hace bien... ufff, es un montón. Es una diosa en todo aspecto y les aseguro que vale cada centavo de los que cobra por su servicio. Vayan sin dudarlo ni un segundo porque Jan es todo lo que está bien.
Cuídenla y trátenla como se merece, porque además de ser un hembrón, es un bombón.