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Luciana de Gemidos (Dominante)

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THoMB

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La dama en cuestión es Luciana y el arancel fue de $450. No pongo tablita porque creo que la XP es bastante descriptiva.

 

Necesitaba algo de rigor, de disciplina. Por algún motivo hay épocas en las que estoy muy tranquilo con mi vida sexual "común", pero en otras necesito algo diferente.

La llamé a Luciana. Ya la conocía porque me había atendido dos veces, en las que no llegamos a hacer todo lo que tenía en mente, pero que estuvieron muy bien. Luciana es una dominatriz light, nada extremo ni violento, y por eso me gusta. Creo que la dominación pasa más por lo mental que por lo físico, y ella sabe manejar bien la situación.

Llegué a su depto en Esmeralda y Paraguay, y bajó a abrirme. Jean, musculosa, bien tranqui para que nadie sospeche, aunque el portero la debe tener junada. Una vez adentro hablamos de lo que me gustaría, aunque ya desde antes le había pedido que prepare lo que sería el final del encuentro: una linda lluvia dorada, y para eso tenía que prepararse. Estuvo tomando agua durante toda la última hora, me dijo, y al finalizar la sesión comprobé que no me había mentido.

Fui al baño, me higienicé (mi cola y pubis estaban muy recortados, me gusta porque se siente más y es más cómodo para ella) y salí sólo con mi boxer. Ella me esperaba con un body negro transparente, las tetas al aire y un arnés colgando entre sus piernas. La imagen perfecta.

Me quitó el boxer y me colocó un preservativo, por higiene y para mostrarme quién manda. Me gustó que no me hable: me señaló la cama y hacia ahí fuí. Me acosté, pero me pidió que me dé vuelta, así que quedé boca abajo, con mi culo al aire. Comenzó a acariciarme desde la planta de mis pies, mis muslos, mis gluteos, espalda y nuca. Me tomó suavemente el pelo y me pegó con su dildo en mis cachetes. Me hizo poner en cuatro, abrió mi cola y la escupió. Pasó su lengua por mi culo durante un buen rato, y yo sentía cómo se abría y pedía más. Mientras hundía su cara en mi ojete me tocó la pija, pero sin mucha intensidad. La intención era hacerme desear, y lo logró. Sí me dió algunas nalgadas que me encantó recibir y le agradecí.

Todo el tiempo la elogié: su piel, su actitud, sus tetas divinas y bien puestas. Me hizo dar vuelta, me subió las piernas hasta trabarlas con el respaldar de la cama y siguió lamiendo mi culo, pero ahora podía verla: me miraba a los ojos mientras lo hacía. Tomó uno de sus juguetes, un vertebrado negro, y con un forro lo empezó a introducir en mi cola, que ya estaba pidiendo todo. Vi como su juguete entraba y salía, y lo sentía también. Agregó crema y saliva, lamió mis huevos y me preguntó si me gustaba. "Sí, diosa", le dije. Bajó mis piernas pero sin sacar el juguete, por lo que quedé prácticamente sentado sobre él. Giró y se acomodó para otra cosa que le había pedido hacer: facesitting, es decir, que ella se siente sobre mi cara, para que yo apenas pueda respirar. Eso hizo, y mientras ella abría sus nalgas para que mi cara quede bien en el medio, sentí como su dildo quedaba apoyado contra mi pecho. Luciana se movía, en ocasiones me dejaba respirar, pero en seguida volvía a apoyar su ano con precisión sobre mi boca y nariz, yo yo sacaba mi lengua intentado satisfacerla, lamerla. Ella corría su body para entregarme su agujero y yo lo lamía tal como ella me indicaba, mientras mi cola seguía dilatada por el vertebrado negro.

Luciana me puso en cuatro y me cambió el juguete por uno más grande. "Ese culito necesita más", me dijo. Intentamos con uno realístico, pero era realmente grande y no llegué a sentirlo bien, sólo entró la cabeza. "Este sí te va a gustar, putito", me decía, mientras le ponía un forro a uno de doble punta, que entró perfecto, porque mi orto ya estaba bastante bien dilatado.

Ese juguete de doble punta tiene un mecanismo interno que, cuando se dobla, queda en esa posición, así que ella lo dobló apenas lo metió y luego lo siguió metiendo y girando adentro mío, para que yo estalle de placer con ese masaje prostático que me hacía. Lo dije: Luciana sabe bien lo que hace.

Me volví a dar vuelta todavía con el juguete rojo en mi cola, doblado y estimulante, mientras ella me pedía que le chupe el dildo que tenía puesto en su arnés. "Chupame la pija, putito", repetía una y otra vez, y yo gemía como una perra en celo.

Me tomó de la mano y me llevó hacia el baño, caminando con una punta dentro de mi cola todavía. Me pidió que me recueste sobre la bañadera. Es muy placentero sentarse con un juguete adentro, y así lo hice, y luego me recosté.

- Dónde la querés?- me dijo

- Acá en el pecho, la panza y la pija- le señalé

Y ella, desde arriba, mientras yo tenía un primerísimo plano de su conchita totalmente depilada, dejó salir su chorro de pis caliente sobre mi pecho. Tibio, con un olor suave pero inconfundible, y con mucha presión, que golpeaba contra mi pecho y caía hacia abajo mientras yo me pajeaba (no olvidar) todavía con el dildo en mi culo. Ella gimió brevemente, tenía muchas ganas de largarlo, me dijo después, porque había tomado mucha agua y no daba más. "También fue un placer para mí", dijo, mientras yo veía la cantidad de leche que me había sacado.

De a poco quité el juguete de mi cola, me incorporé y me duché. Esta sesión había sido la mejor de todas. Fui pervertido como nunca antes, y me encantó que así sea.

THoMB

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Re: Luciana de Gemidos (Dominante)

 

Muy buena XP, amigo Thomb.

Estoy en la búsqueda de algo parecido... dominación erótica más que nada, sin palizas ni latigazos, y creo que me voy a comunicar con ella para ver si puedo cumplirla.

Adhiero a la pregunta de los otros amigos...

1. Se la puede garchar...?

2. Las fotos son actuales, o de hace una década atrás...?

 

Saludos y muchas gracias

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