Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Hacía un tiempo que estaba alejado de nuestra actividad. Principalmente fueron razones económicas, no es que no tuviera dinero (con la inflación galopante, los costos de una Escorts no son tan disparatados), pero debía re-ordenarme financieramente. Cuestiones de salud, el doctorado, tener que renunciar a un trabajo por paz mental me llevaron a mantenerme al margen por un tiempo.

La experiencia que paso a relatar no fue planificada. Digamos que sucedió.

El sábado del feriado fui a cenar con una colega en Capital, salí a eso de las cuatro menos cuarto de su casa. Mi idea era hacer tiempo en algún bar, hasta las seis o siete cuando comenzaba a funcionar el transporte público y volverme así a mi casa. Caminé por Paraguay y Pellegrini y luego fui hacia Avenida de Mayo. En la esquina había varios travestis y la verdad que la imagen era petética, los tres que había caminaban unos metros y conversaban algo, paraban autos, les preguntaban algo y luego continuaban la marcha mientras estas pobres ánimas quedaban allí, gritando alguna barbaridad. Pensé "¿Qué necesidad de burlarse de ellos? ¿Qué tiene de divertido?".

Buenos Aires, de noche, al raíz del piso tiene una imagen bastante miserable. Luego de una o dos cuadras llegué a un bar, justo en la esquina: Exedra. Miré la hora y tenía mucho para esperar. Había escuchado que allí había mujeres que trabajaban, entonces empecé a sentir ese extraño sentimiento, ese deseo impúdico de una mujer, de la relación fugaz, casi casual, de la sensación indescriptible que sólo uno de nosotros puede entender.

Entré, saludé al mozo y pedí un café. Mi vista se extendió por el campo e identifiqué a tres meretrices: una rubia, a cuatro mesas, y a dos mesas de mi, otras dos, de cabello obscuro. La que me daba la espalda estaba peinada al medio con dos coletas en pelo, cuando se volvió para guiñarme un ojo, comprobé que, como las demás, era una mujer que pisaba los cuarenta.

En ese momento (si, recién en ese momento) se me ocurrió ver la billetera. Tenía únicamente $200. Pagué el café y salí, raudo, a buscar un cajero. Tuve que caminar hasta Lavalle. Guarecidos bajo los aleros de algunos negocios, travestis estaban expectantes de cualesquier cliente potencial. La madrugada me pareció peligrosa, algún mocoso de mal aspecto pasaba, de vez en cuando se juntaban dos o tres en algún punto y decían tonteras. Saqué mi picana que hube de comprar luego de un lamentable incidente de inseguridad, y sin la cual no salgo nunca), la preparé y la disimulé bajo el saco que llevaba doblado en brazo. Un poco confundido me acerqué a un travesti y le pregunté por un cajero cercano. Ni bien me hice del efectivo emprendí el regreso al bar.

Eran las cuatro y media y estaba otra vez en Exedra. Me senté y miré a la rubia, me hizo un giño, asentí con la cabeza y me señaló una silla delante de ella. Me dijo que su nombre era "Roxana". Se trata de una mujer rubia natural con el cabello un poco aclarado. Blanca, con labios carnosos, pero bien dibujados, tenía la frente amplia y la nariz recta que evidencian la sangre del norte de Italia. Los dientes un poco amarillentos, fumadora. El vestido negro, desprendido en la parte superior mostraba sin tapujos sus grandes pechos, blancos, apenas cubiertos por un corpiño más pequeño del que correspondía. En dos ocasiones llevó su mano al escote y se acomodó. Delgada, de voz melodiosa, tiene el acento de Córdoba.

Me contó algo de su vida, inevitable, según ella "para romper el frío", y tomaba el tequila que me había pedido (yo estaba con otro café, el tequila me descompone y una vez me causó convulsiones). Se presentó como alguien que se veía obligada a trabajar del oficio más antiguo de la Humanidad, obligada por la situación. "Malas decisiones" repitió en tres oportunidades. Yo la escuchaba con atención, mientras imaginaba su cuerpo desnudo, quería sentir sus piernas, oírla... y mientras la escuchaba identifiqué ese acento que en Córdoba tiene únicamente la gente educada, ese hablar correcto, ese dejo de vieja aristocracia en la más encumbrada de nuestras provincias. Algo de razón tenía: su pasado estaba muy lejos del presente de meretriz.

Me tomó la mano. Le pregunté por los costos de su servicio. Empezó a dar vueltas hasta que la corté.

-¿Cuánto?

-Mirá que no es por tiempo.

-¿Cuánto? ¿Y dónde?

-500, más el hotel y el taxi,... el hotel está acá a la vuelta, es sencillo pero tiene todo y me conocen. Es tranquilo y seguro.

Había llegado el momento de regatear. Empecé con que sus aranceles me parecían justos pero elevados para mí, que sólo tenía 500 y por lo tanto no podía pagar el taxi y el hotel... que el hotel costaba sólo $60 y un taxi poco más de 20, que eran sus aranceles... que ella elegía con quién... que era su último cliente...

Salimos y en la esquina tomamos un taxi. La vi de pié, y era aún una mujer más hermosa. El hotel (creo que se llamaba Rojo) lo arregló ella. Le di $100 y eso, me dijo "cubre más de una hora o dos". La habitación era pequeña y cómoda. Le pedí pasar primero al baño, cuando salí la vi en la cama, sentada, desnuda, invitándome. Una lampara derramaba sobre ella una tibia luz que acariciaba su cuerpo. Fui hacia mi billetera y le dí $400, lo que habíamos convenido.

El servicio fue muy bueno, algo exagerado hay que apuntar. Comenzó con besos, primero picos, luego mejorando, sus manos eran demasiado rápidas, en dos minutos me había desvestido y tenía mi miembro en su mano mientras me ponía un pezón en la boca, un pezón rosado, sentí el gusto a la crema bagovit. Una escort debe cuidar su apariencia y su cuerpo. Punto a favor.

Me practicó una felación, pero fue corta y le tuve que pedir que continuara. Fue sin profiláctico y un poco rápida y violenta, se metía el pene hasta el fondo y hacía una pequeña arcada, luego se salía, me miraba y continuaba. Se corría el pelo de la cara para que la viera. La aparté, la recosté y empecé a recorrer su cuerpo. No le practiqué sexo oral, pero me entretuve con sus pechos un buen rato. Me puse de rodillas y ella, acostada, tomó un profilactico y me cubrió. Dos veces introdujo mi pene en su boca y luego entré en su cuerpo.

Es una escort con experiencia. Ella manejaba la situación, no importaba en que posición se pusiera, era ella la que vencía y se movía. Luego de cuarenta minutos, le dije que estaba por venirme, ella apretó los músculos vaginales y me corrí dentro de ella. Exageró que tenía un orgasmo y me dejé caer sobre su cuerpo, la besé y luego fui a sus pechos. Charla breve, mentiras de ella y fuimos por el segundo. Buena felación, toqueteo, caricias, se puso en cuatro patas y volví a entrar en su cuerpo. Quise meterle un dedo pero se quejó. Seguí dándole, tomandola de las caderas, abriendo sus nalgas y viendo como entraba y salía de ella. Ella estiró su mano y tomó mis testículos y los apretó un poco, seguía gimiendo, exagerada. Se zafó y se puso de pié delante del espejo, yo fui por detrás y otra vez. Levantó la pierna y ahí, debo admitir que vino lo negativo. En un momento entré con todas mis fuerzas, ella gritó y movió la pierna que había levantado hacia atrás, dándome de lleno sobre una herida en mi pierna. Grité y me detuve. Se salió y vio que apenas si podía disimular el dolor.

Me recosté y ella vino a mi lado. Me acarició la cara y relajándome el dolor fue menguando. Me quitó el preservativo y me realizó una nueva felación. Más delicada, usando su lengua, hasta llevarme al paroxismo por el cual me olvidé de la pierna, de la hora, de Di's, de la economía y de todo lo creado. Tuve un orgasmo muy fuerte y ella continuó un rato más. Abrí los ojos, y dejó caer el semen sobre sus pechos.

Un rato más de charla, la historia de mi herida en la pierna, dos o tres cosas más y fuimos a la ducha. Me quiso ayudar con el andar pero le dije que estaba mejor. Nos vestimos y salimos juntos. Miré la hora: habían pasado algunos minutos de las siete. Casi dos horas. Tomamos el mismo taxi, que al cruzar 9 de julio la dejó cerca de su hotel (un familiar) y yo seguí hasta Once.

Tablita

Servicio: 9

Depto: hotel, cómodo, es conocida en el lugar.

Edad aparente: 40.

Cara: 8, bonita, marcas inevitables de la edad.

Tetas: 9, bien, pero la gravedad y la edad dejaron su marca. Grandes.

Colita: 8, no entrega.

Cuerpo en general: 8,33

Relación con las fotos: no publica. Pero me contó que durante el día trabaja en un PV. A mi la cara me pareció conocida.

PT: 9, un poco fuerte.

Besos: Si.

Garching: 9, exageraba.

Relojea?: No.

Onda: 10.

Reincidencia?: Si, pero me dijo que se iba en ésta semana.

Cobra por adelantado: Si.

Gift: $400 + $100 de hotel + 20 de taxi + $40 de propina= 560. Importante, de no haber regateado el precio hubiera gastado entre $100 y $150 más.

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Gracias por compartir lo felicito

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Muy buen relato y mejor xp colega.

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

si es la de la fot, con perdon del OPINANTE.----tremendo bagarto

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Felicitaciones Explorador. Gracias por tomarse el trabajo de detallarlo (y con estilo).

En cordoba y suipacha hay un cajero del HSBC (a tener en cuenta).

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

...volvio Exedra, con otra fisonomia, totalmente diferente, y se ve que tambien volvieron los gatos, a tener en cuenta!

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Excelente relato.

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

excelente XP, muy bien relatado

gracias por contar , actualizar sobre el lugar y las niñas.

tmb puedo contarte que esta chica aca te dejo el link , labura ahi todas las noches

MASAJE ABASTO...48615729 en Capital Federal - Servicios de Bienestar y Belleza en Vivavisos ( de dia labura de masajista, y de noche labura en excedra ) quizas te sirve para la proxima.

sobre la av cordoba llendo para florida tenias cualquier cantidad de cajeros :biggrin:. caminaste al pepe

y las callejeras que estan sobre cordoba tmb son muy lindas. si vas otra vez te recomiendo a andrea una veterana de 50 años rubia muy linda.

 

gracias denuevo por el aporte , te mando abrazo gateril

Estimado Donramon,

Muchas gracias por comentar. He visto el anuncio de ésta masajista sensual y la agendé. Espero poder visitarla pronto. Creía haber visto unas callejeras cerca de un restaurante Italiano entre Córdoba y Esmeralda, pasaré y me fijaré.

Saludos y muchas gracias por su comentario,

Explorador

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Gracias por compartir lo felicito

Estimado colega Gati86, gracias a ustes por comentar.

Saludos cordiales,

Explorador

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Muy buen relato y mejor xp colega.

Estimado Roke, gracias. Saludos,

Explorador

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

si es la de la fot, con perdon del OPINANTE.----tremendo bagarto

Estimado colega Thelahunginjeet, Gracias por comentar. No es la misma mujer que aparece en la foto que me enviara el colega que comento ut supra. La mujer con la que estuve no la he podido ubicar en ninguna página.

Saludos cordiales,

Explorador

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

Felicitaciones Explorador. Gracias por tomarse el trabajo de detallarlo (y con estilo).

En cordoba y suipacha hay un cajero del HSBC (a tener en cuenta).

Estimado Madaho,

Gran honor el de leer su comentario. Creo que pasé por ese cajero, pero al ver a gente durmiendo dentro preferí buscar otro. Debería existir una manera para que las meretrices trabajaran con débito, o cheques ¿No le parece? Tendríamos una devolución del 5% del IVA.

Saludos cordiales,

Explorador

Respuesta: Roxana, de Exedra (Carlos Pelegrini)

...volvio Exedra, con otra fisonomia, totalmente diferente, y se ve que tambien volvieron los gatos, a tener en cuenta!

Estimado Soyboy29,

Un amigo me había mencionado exedra en alguna oportunidad. La porneia en cuestión también me contó que había estado cerrado el bar, pero que ahora estaa "más lindo y activo". Habrá que probar a las demás señoras que por allí ofrecen sus servicios.

Saludos,

Explorador