Newpport, confirmo apoertura

inmediato · 9 de Octubre del 2015

No es mi especialidad la noche gatera, sino más bien los porteros eléctricos, los ascensores y los timbres. Pero hacía tiempo que quería hacer un toque nocturno para ejercitar la vieja rutina del trago-charla-arreglo-taxi-telo-guita-garche.

Otro tema que no es menor. Después de los ataques totalitarios contra la libertad y el derecho a la intimidad, me produce el efecto de querer ir a donde no hubiese querido sino fuese por la acción represiva de un estado copado por la misandria.

Y para mejor ilustrar, venía de ganar en el casino, otro vicio muchísimo más dañino que la prostitución, pero que como el estado participa, y las viejas se tiran los pesos que de otra forma sus maridos dejarían en pend€j@s, ahí no, eso no se toca.

Yendo a lo nuestro, el boliche chico para la cantidad de gente que va. Una consecuencia directa de la persecución a la actividad cabarutera llevada a cabo en los últimos tiempos por un estado y una justicia cooptada por la ideología antimacho.

El nivel femenino diría que amplio y heterogéneo. Me agradó ver caras conocidas de otros ámbitos y épocas pretéritas, con decir que hasta saludé a una dama que conocí en El Verde.

Finalmente, y para cumplir mi cometido, que era comerme un caramelito de buen nivel, me acerco a una niña de cero aspecto guerrero, delgada y de altura mediana casi alta, rostro muy angelical onda presencia de boliche, pelo castaño, cuerpito vestido de manera discreta pero que insinuaba buen armamento.

Luego de la charla rompehielo de rigor (más bien los hielos se rompen al calor de las billeteras, pero, el rito se efectúa aunque se sepa que no es cierto, como en las religiones diría mi amigo el marxista), arreglamos el gift.

Vale aclarar, que mi condición dulce producto del azar, no me hizo plantear ningún tipo de regateo, que considero que de esperar que la noche transcurra y comiencen a sonar los martillos de subasta, el monto pudiese haber sido menor, ya que lo considero un tanto honeroso para un sencillo garche de turno de telo. Hecha la aclaración la cifra fue de pesos dos mil.

Nos dirigimos al telo de Tres Sargentos y San Martín, donde la suerte quiso, me tocase la habitación de la selva.

Una vez desenfudados los dineros y las prendas, el panorama se puso bueno. Lo que había debajo era un buen cuerpito, con buenas nalgas y pechos aceptables, ni enormes ni tampoco chicos. No lo esperaba para este tipo de niñas, el pt fue sin y hubo algunos besos intralinguales.

Cabalgata sobre el muñeco con aplausos testiculares, misionero, pecorina (en cuatro) con dama en cama y caballero de pie y la frutilla del postre, contra el caño y frente al espejo en la choza adecuada ad hoc (los que conocen este legendario telo saben a que me refiero).

Mimos, charla post garching, acurrucaditos bajo las sábanas, como novios o esposos pero con menos riesgos. Despedida en buenos términos.

Reincidencia. No sé, el precio no es poca cosa. Satisfacción, sí, quería comer un caramelo lindo, con aspecto de noviecita bonita, no de putona ni cumbianchera ni rollinga. Satisfizo mis expectativas.

Su nombre de combate María, al menos eso me dijo.

9 de Octubre del 2015